Quizás haya escuchado que la manera más fácil de hacer que a una persona le deje de gustar lo que hace es pagarle por la ejecución de dicha actividad. El racional o hipótesis es que cuando las personas recibimos un pago por algo, lo consideramos trabajo; pero, cuando nos toca pagar para realizar una actividad, tendemos a considerarlo diversión. ¿Cuál es tu opinión?
En la clásica novela, “Las Aventuras de Tom Sawyer”,Mark Twain relata la historia de un inteligente y audaz muchacho que vivía con su tía Polly y su medio hermano Sid cerca del rio Misisipi. La historia empieza cuando Tom Sawyer es castigado por haberse peleado al salir de la escuela y haber ensuciado su ropa. Su castigo es realizar el trabajo de pintar la cerca de la casa de su tía.
Al ejecutar la actividad, Tom Sawyer pretende disfrutar de su trabajo excesivamente y les convence a sus amigos de que pintar la cerca en realidad no es trabajo. Tom les dice a sus amigos que pintar es una actividad muy divertida y espera que su tía le permita hacerlo todos los días. De repente, los amigos de Tom quieren pintar también, por lo que éste decide cobrarles por permitirles realizar esta actividad. Después de poco, los amigos de Tom no solo le pagan por el derecho a pintar, sino que también lo disfrutan.
Dan Ariely, en su libro, “Predeciblemente Irracional”, habla de este fenómeno como, “El Costo de las Normas Sociales”. El racional de este fenómeno puede ser mejor entendido con uno de los experimentos realizados por Ariely y su colaborador Heyman. El experimento consistía en:
El trabajo consistía en colocar un círculo (que se encontraba en lado izquierdo de un monitor de computadora) dentro de un cuadrado (que se encontraba en el lado derecho). La tarea duraría cinco minutos y se ejecutaría de manera simple con el mouse. El objetivo era estudiar cuántas veces se realizaría la tarea en el lapso de cinco minutos. Los pagos para las personas que ejecutarían la tarea serían: a) $5.00 al primer grupo, b) $0.50 (centavos) al segundo grupo, y c) Nada al tercer grupo (se les pidió como un favor). ¿Los resultados?
El primer grupo colocó el círculo en el cuadrado en promedio 159 veces; el segundo grupo 101 veces; y el tercer grupo 168 veces. Esto sugiere que:
Ariely y Heyman realizaron el mismo experimento, pero, a diferencia de ofrecer un pago monetario a los dos primero grupos, ofrecieron un regalo de equivalente valor. Al primer grupo se les pagó con una caja de chocolates Godiva y al segundo con una barra de Snickers.
¿Los resultados?
El grupo uno obtuvo un resultado promedio de 169 y el grupo dos un resultado promedio de 162 veces. Es decir, esta ocasión los dos grupos tuvieron niveles de productividad similares o mejores a pagarles $5.00.
Margaret Clark y Judson Mills (1979), sugirieron que los humanos vivimos en dos mundos: uno donde aplican normas sociales, y otro donde aplican normas de mercado.
Las normas sociales y las normas de mercado no se mezclan bien. Por ejemplo, si nos invitan a una cena en la casa de un amigo, y al finalizar, preguntamos, ¿cuánto te debo?; continuando con, “por una cena de estas, ¿serán unos $100.00?”; estaríamos rompiendo las normas sociales y se nos consideraría mal educados.
De igual manera, si a un trabajador le pidiéramos que realice un trabajo que le tome todo un día, y al final, simplemente le agradeceríamos, y nos rehusáramos a pagarle por su trabajo, estaríamos rompiendo las normas de mercado, y se nos consideraría ladrones.
En las relaciones laborales, las normas que aplican son de mercado. Sin embargo, las empresas que han logrado que sus colaboradores apliquen y sientan normas sociales (adicionales a las normas de mercado) en su trabajo diario son las empresas que han llegado a ser reconocidas como las mejores empresas para trabajar. La pregunta clave es: ¿Cómo lo hacen?
Imagínese por un momento alguna actividad de su agrado que implique interactividad social. Esta actividad podría ser algún deporte, algún hobby grupal, actividades con su familia o amigos (como salir a comer), o pertenecer a alguna organización. Ahora, reflexione sobre las interacciones que se dan al realizar esta actividad. Probablemente, tiene algunos de los siguientes elementos.
En síntesis, cuando se piensa exclusivamente en beneficios monetarios para mejorar el clima laboral de una institución, de seguro no se lograrán los objetivos. Es necesario motivar un ambiente en el que los colaboradores sientan que es un privilegio pertenecer al grupo selecto de la empresa, y que las reglas que manejan la interacción del grupo, son reglas sociales, reglas que nos unen y que nos vuelven más productivos que las reglas de mercado.
Si preguntamos a cualquier trabajador si prefiere un regalo o dinero como premio extra salarial a su desempeño, la respuesta siempre será que prefiere el dinero. Sin embargo, para impulsar un mejor ambiente, siempre será mejor un regalo.