Tú eres diferente de cualquier persona. Eres único/a.
Esto hace también que seas el/la mejor en el mundo en algo: en ser tú mismo.
Cuando pierdes de vista quién eres y porqué haces lo que haces, dejas de brillar.
Esto también pasa en tu empresa.
Bajo el pretexto de imitar las mejores prácticas empresariales, o estudiar a la competencia, muchas veces dejamos de tener un posicionamiento distintivo, de ser nosotros.
Tu empresa es única, diferente que cualquiera de la competencia.
Tal vez no sea la mejor para todos, pero de seguro puedes hacerla la mejor para varios.
El éxito empresarial no se ha dado por hacer lo que hacen otras empresas y hacerlo un poco mejor.
Se ha dado por hacer cosas diferentes. Por resolver problemas de formas únicas.
Una empresa puede ser mejor por ser más rápida, pero tal vez al cliente no le importa la rapidez.
O puede ser mejor por ser más cara (y tal vez construir con mejores materiales), pero al cliente tal vez le importe más la eficiencia que la rapidez (ver: Cómo posicionar mi marca en las redes sociales).
Son importantes, pero en un mundo donde tienes acceso a muchos productos y servicios a precios muy competitivos, lo más importante es que te encuentren, te consideren, te valoren, y aprecien tu diferenciación.
Considera el siguiente ejemplo:
Las dos escuelas pueden ser mejor para un grupo de personas. Seth Godin dijo en su libro Esto es Marketing: “una parte del mundo quiere chocolate y la otra parte vainilla”.
Así que para empezar a ser diferente y mejor, empieza preguntándote:
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